Saturday, October 13, 2007

De mis pecados y Verguenzas

Eres quien decides ser…
Pero pagas el precio con intereses.


De mis pecados y vergüenzas.
Por: Erika Hulett

He venido a confesarme, porque he pecado; Lo he hecho tantas veces, que no podría enumerarlas, pero tengo que sacarlo de mi pecho porque va a explotar….

Siento admitirlo, pero le he amado con demencia: Lo ame suyo, lo ame mío, lo ame mientras fue de otra, lo ame arrendado y hasta imaginado. También le hice creer que lo ame alguna vez.
He pecado de vanidosa, porque no puedo evitar verme en el espejo y amar a la persona que me mira de regreso…

He amado a mucha gente más que a Ti, les he entregado mi alma que te pertenece, mi razón y todo lo que soy.

He matado… He matado en mi memoria, a todo aquel que me ha fallado; además no les he extrañado y he podido dormir en las noches sin remordimientos, ni lamentos.

He sido orgullosa, al punto de perderle para no disculparme; he sido deshonrada cuando me robe su corazón y le he amado, le he amado apasionadamente hasta caer desplomada entre sus brazos sin aliento.

Debo confesar que te he fallado, no he sido devota a tu templo; tampoco a todos tus mandamientos y aun así… No puedo confesarme contigo, porque no me arrepiento y no seré perdonada.

Siento alivio solamente de liberar mi pecho, de poder decírtelo a la cara, para que sepas que no me avergüenzo, aunque sé que debería.

Otras veces he sido injusta y he tenido favoritos… Les he mentido viéndole a los ojos, aunque muchas veces no me han creído… y de lo único que me arrepiento, es que debo mejorar no ser tan obvia, para que no haya dudas la próxima vez que lo haga.

Debo confesar que ando toda entusiasmada, con la idea de liberar mi cuerpo como mi alma; Y debo decirte, que a quien lleve a tu templo lo he olvidado, y lo he sustituido.

Esta no es la manera de confesarse, pero ya te admití que no llevo lamentos con mis pecados, he sido feliz con ellos y he pagado las consecuencias de cada uno de mis actos.

He sentido deseo: deseo de verme con Él, cuando le miro a los ojos; deseos de tocarle aun mientras duerme… Deseos de tentarlo a que peque conmigo; deseo de que no se acabe este momento, para seguir recordando cuanto lo he deseado.

Debo confesarte que ya no tengo vergüenza, que desde que pago mis deudas, no le rindo cuentas a nadie, que no venga a mantenerme… Que no le bajo la cara a nadie, aunque me pague el sueldo; que desde que me descubrí suficiente, mas nunca le pedí ayuda a nadie, y que solo a mis padres les debo.

He de confesar que te he olvidado, y que rezo menos de lo acostumbrado…. Estaba brava contigo porque pensé me habías fallado; aunque ahora entiendo muy bien tu jugada. Pero lo puedo mejorar, porque extraño hablar contigo por las noches.


Solo quería hablarte de mis pecados, porque se no servirá de nada confesarme… Solo quería hablar contigo, porque lo mereces después de todo lo que me has dado; Y en el fondo, lamento no ser tan agradecida como debiera…. Pero es que son mis pecados mi esencia, son parte de quien soy… Son parte de lo que me obligaste a ser con tus pruebas.

He pecado… He pecado tantas veces que no las puedo enumerar…
Y tampoco me puedo arrepentir.